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El transeúnte a un policía:
– ¡¡Me han robado el reloj hace apenas diez minutos!!
– ¿Y por qué no pidió ayuda?
– Tenía miedo de abrir la boca: tengo varios dientes de
oro.
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Un gallego en Tierra Santa.
– ¿Cuánto cuesta la travesía por el lago?
– 50 dólares.
– ¡Eso es un abuso!
– Piense que Jesús anduvo por estas aguas.
– ¡No me extraña!
¡Con estos precios!
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– Doctor, doctor, odio a mi mujer, a mi madre, a mis
hijos, a mi suegra...
– ¿Y a mí que me cuenta?, pregunta el galeno.
– ¡No, es usted médico del odio?
– No, del oído, torpe.
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Dos amigos:
– A mí me gustaría una esposa rica, inteligente, muy
simpática y que fuese bien educada.
– Sí, a mí también me gustaría casarme cuatro veces.
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