CHINA

GEOGRAFÍA

La China es un vasto país que se extiende desde el Centro de Asia hasta el mar (Océano Pacífico).  Dos ríos, el Hoang - Ho y el Yan – Tsé – Kiang, cruzan de Oeste a Este el inmenso territorio dividiéndolo en dos regiones: una montañosa al Norte y otra llana, al Sur, que ocupa el curso inferior de los dos ríos.  Aquí se establecieron los chinos primitivos, quienes procedían del Asia Central y de la Mongolia.

El clima varía en relación a la latitud, siendo frío en el norte, templado en el centro, cálido y húmedo en el sur.  La fertilidad del suelo y las inundaciones de los ríos han hecho del pueblo chino esencialmente agrícola, siendo la base de sus productos el arroz, y el té.

El pueblo chino no es de pura raza mongólica ni hay uniformidad en los rasgos físicos de todos sus habitantes, quienes difieren entre sí en sus apariencias, aunque todos ellos conserven los rasgos esenciales de la raza amarilla.  Esto se debe a que muchos pueblos mongólicos antiguos se establecieron en el territorio de la China mezclándose con los aborígenes y originando variedades raciales, pero conservando los caracteres fundamentales de su estirpe.

HISTORIA

China es, tal vez, el pueblo de mayor antigüedad en el mundo.  “Su civilización, tan original, alcanzó el grado de adelanto que conserva desde tiempos remotísimos.  Es justo reconocerle el mérito en esta obra realizada por generaciones de un pueblo que, sin orientación ni apoyo de extraño origen, lograron realizar pues aunque adolezca de limitaciones y defectos, no deja de tener aspectos estimables”.

Así, pues, se considera como fundador del imperio Chino a Wu Wang hacia 3000 a.C.  Cuando los Mongoles atacaron los pequeños estados de la llanura china, éstos decidieron unirse y acatar las disposiciones de un solo gobernante para poder defenderse; esto marca el comienzo de la dinastía Chou que se mantuvo entre 1122 al 249 a.C.  Con la dinastía Chou se implanta el gobierno absoluto, al cual sigue un período de “fraccionamiento feudal” que, luego, es dominado por Shi – Huan – Ti quien funda la dinastía Tsing, el mismo que para defenderse de los ataques de los mongoles y bárbaros de las estepas, mandó construir la Gran Muralla de más de 2,5000 km. de largo.  A la dinastía Tsing le siguió la dinastía Han, durante este período se consolida el reino de sus fronteras hasta el mar.

Llega a su fin esta dinastía cuando caen en poder de los mongoles entre el 1227 al 1355 d.C. a partir de lo cual se instaura la dinastía de los Ming que duró hasta el 1644 cuando el país fue conquistado por los manchúes.  A través de su larga historia, hay muchas vicisitudes ha pasado el pueblo chino y ha sido motivo para despertar los apetitos coloniales y de comercio de otras potencias de orden imperialista.

ORGANIZACIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA

Al parecer desde la penetración de la dinastía Chou, se fue formando una burocracia de Estado y de Corte hermanada con el mando de los linajes nobiliarios y con las estirpes de carácter feudal, tanto en posición de tierras como en estratificación social y del gobierno.  Tanto el Emperador quien es Hijo del Cielo como el Mandarín (gobernante provincial) son déspotas.

Es decir, social y económicamente la China Antigua se orienta hacia la presencia de clases nobles poseedoras de tierras al igual que el sistema feudal europeo.  Con Shi – Huang – Ti se practica una revolución agraria mediante la introducción de la propiedad privada rural que disgrega al terrateniente feudal, convirtiéndose China en un país de agricultores independientes que es la base esencial de su misma subsistencia.

A partir de este momento, todas las Dinastías buscaron solucionar el problema agrario que se planteaba en el agricultor independiente y el poseedor feudal, hasta que en 1090 d.C. fueron expropiadas las propiedades territoriales de la misma manera que fueron arrendadas las tierras de la corona, todo en beneficio de los agricultores independientes, creándose un enorme país de agricultores.

Socialmente, la Cultura China descansa en la familia, rindiendo verdadera veneración a sus padres y antepasados.  Los individuos de una familia no gozan de la personalidad ni de la independencia de los occidentales, puesto que están siempre bajo autoridad de sus progenitores.  A esto se agrega que los hijos podían ser vendidos por sus padres, especialmente entre las clases menesterosas.  Las mujeres se hallan supeditadas a los varones, pero igualmente son mal mirados los hijos que no honran a sus madres.  En todo caso se tolera la poligamia; pero las segundas mujeres están en condiciones de inferioridad respecto a la primera esposa.

RELIGIÓN

En los primeros momentos profesaron un monoteísmo sencillo.  Creían en un Ser Supremo al que llamaban T’ien (Cielo); después le añadieron los cultos al sol y a la luna, a la tierra, a los ríos, etc. convirtiéndose en un verdadero panteísmo.  Luego aparecieron tres religiones: la de Confucio, profesada por las clases letradas y que es un conjunto de principios morales y filosóficos, admitiendo una trinidad Cielo, Tierra, Hombre; el Budismo que aparece en tiempos del emperador Ming – Ti; y el Mazdeísmo introducido por los seguidores de Zoroastro, que no llegó a arraigar mucho en el país.

MANIFESTACIONES CULTURALES

·                                LA MORAL

Básicamente el pueblo chino se caracterizó por el cultivo de preceptos de moral que fue sistematizada por La – Tsé y Confucio.

–        Lao Tsé

Nació el año 604 a.C. descendiente de familia humilde, se desempeñó como archivero del Emperador Chú.  Vivió de manera solitaria, con pureza, apenado por la corrupción humana; fue un iluminado que buscó el perfeccionamiento moral del hombre.  Escribió el “Tao – T – teking” (Canon de la razón y de la virtud), en donde expone sus ideas que tienen como razón central al Tao, que significa silencio, virtud, quietud, elemento que todo lo crea.  Al Tao se llega dejando todos los apetitos mundanos, con amor y sobriedad, devolviendo el bien por el mal.

–        Confucio

Su nombre verdadero fue Kung – Fu – Tsé.  Vivió entre 551 y 479 a.C. de familia económicamente acomodada, prestó servicios como Ministro de Justicia y Gobernador; dotado de gran inteligencia destacó como estadista, gran educador y moralista práctico.  Dedicó gran parte de su vida al estudio de los Libros Sagrados o Kings que comprendían: “Shi King” que significa poesía; “Yi King”, adivinación, “Shu King”, historia y el “Li King”, ritos.

La norma de todos sus actos la encuadró en la práctica de la bondad y el amor al prójimo, aplicando el precepto universal: “Hacer a los demás lo que uno quisiera que ellos hagan con uno”.  Buscó la formación de un hombre superior cuyas características deberían ser: honradez, virilidad, rectitud, valor, sobriedad y sabiduría.

·                                CIENCIAS

Los chinos destacaron en astronomía, es decir, observaron los astros y sus movimientos que vincularon con sus actividades agrícolas para sembrar y cosechar.  Pero donde más destacaron fue en los llamados grandes inventos: brújula, pólvora y papel que contribuyeron en la transformación del mundo cuando fueron conocidos por los europeos entre fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI, ya que favorecieron los viajes de descubrimiento y la navegación marítima.

En ingeniería nos han dejado como magnífica expresión la Gran Muralla, construida en tiempos del emperador Shi – Huan – Ti para defenderse del ataque de los pueblos bárbaros.  Tiene una extensión de 2,500 kilómetros y mide 10 metros de ancho, surca el enorme territorio chino en toda la parte Noreste salvando valles, montañas y desiertos; hasta la fecha es la única obra realizada por el hombre que es posible distinguir en las fotografías tomadas desde el espacio.

En arquitectura nos han dejado las Pogadas o construcciones piramidales de varios pisos terminados en alerones que les otorgan hermosa vista.

CHINA: UN IMPERIO FRENTE AL IMPERIALISMO

El Imperio Chino se fue estructurando a través de su larga historia.  Recién los europeos pudieron conocer algo de este imperio legendario a raíz de los viajes que efectuó Marco Polo en la Edad Media.  Posteriormente, misioneros católicos, así como exploradores y descubridores portugueses e ingleses, contribuyeron con nuevas ideas para conocer mejor este reino del Catay como, por entonces, se le llamaba.

Pese a todo los chinos se mantuvieron en su aislamiento, y no fue sino hasta principios del siglo XIX que empezaron a abrir sus puertas al comercio con el extranjero.  “La evolución económica que se inició en Europa, al dar lugar a la implantación del sistema capitalista y la industrialización de los países más adelantados, trajo como consecuencia la necesidad de adquirir materias primas y, al propio tiempo, la de encontrar fáciles mercados para la producción industrial”.

“China, rica en yacimientos minerales y en otros productos agrícolas, pero carente de toda organización industrial, era, al par que u filón inexplotado de materiales, un excelente mercado para  los productos manufacturados.  Los chinos, en su estancamiento ni eran capaces de aprovechar sus inmensas riquezas materiales, ni permitían la explotación por los adelantos europeos, y tal actitud dio lugar a diversas intervenciones armadas que disminuidas por el plausible pretexto de abrir aquel país a la civilización, en realidad encubrían propósitos de explotación y monopolio.  Así, con achaque de habilitar puertos comerciales y bajo la etiqueta de concesiones, Inglaterra se estableció en Hong Kong, parcialmente en Shangai y en otros puntos, recabando también privilegios comerciales, en cuya conducta le imitaron otras naciones europeas”.

De esta manera se inicia un largo proceso en el cual el Imperio Chino se va a enfrentar al naciente capitalismo mercantilista europeo y, posteriormente, va a ser víctima del expansionismo imperialista de las principales potencias del Viejo Continente, especialmente de Inglaterra.

·                                LA GUERRA DEL OPIO (1839 – 1842)

El sentido imperialista de la política inglesa se puso de manifiesto en la llamada “Guerra del Opio”.  Ocurrió que por entonces, la Compañía Inglesa de las Indias había incrementado, enormemente, su comercio en el puerto de Cantón.  El principal artículo de venta era el opio, droga que los chinos fumaban abundantemente y que embrutecía a la población.  En 1839 el gobierno chino prohibió la comercialización y venta del opio y ordenó la quema de 20,000 cajas guardadas en los almacenes ingleses.  El ministro inglés Palmerston aprovechó esta circunstancia para abrir el mercado chino a los productos manufacturados de su país.

Con esta finalidad, pretextando el “abuso” cometido por los chinos al prohibir y quemar el opio almacenado, ordenó la declaratoria de guerra (1839).  Varios puertos fueron bombardeados; Cantón fue bloqueado por la escuadra inglesa en tanto que un cuerpo expedicionario de ese país amenazó con ocupar la ciudad Capital Nanking.  Precisamente, y ante la amenaza que significaban las fuerzas inglesas, el Emperador Chino, en 1842, firmó el Tratado de Nanking , por el cual se cedía el puerto de Hong-Kong a Inglaterra, lo mismo que Shangai y otros cinco puertos fueron abiertos al comercio británico.  Francia y los Estados Unidos obtuvieron, poco después, idénticas concesiones.

A mediados del siglo XIX, y como una consecuencia de la apertura de puertos chinos al comercio exterior, se produjeron algunas oleadas de inmigración de chinos, especialmente de origen coolíe, hacia América, principalmente hacia los puertos y ciudades costeras del Pacífico.  De esta manera, San Francisco (Estados Unidos) y Lima (Perú) fueron las ciudades que más inmigrantes recibieron.  Así, se empezó a hablar de una China fuera de China, ya que estas colonias se organizaron en barrios típicos en donde los habitantes siguieron practicando  las más puras costumbres del país lejano, haciendo supervivir su nacionalismo, pero mezclando, al mismo tiempo, su acervo cultural con los propios de nuestro continente, al cual se fueron integrando paulatinamente.